Para muchas organizaciones benéficas es cada vez más difícil comprender la eficacia de la forma en que tratamos a nuestros colaboradores y los viajes que les hacemos recorrer. Tanto si se trata de introducir nuevos segmentos de simpatizantes, nuevos productos o de probar nuevos enfoques sobre la mejor manera de captar a los simpatizantes, nuestra capacidad para comprender qué experiencia reciben los simpatizantes y la eficacia de esos recorridos de comunicación es cada vez más compleja y difícil de medir.
Esta es la situación en la que se encontraba la Stroke Association: con una cartera de productos en expansión, ¿cómo podía garantizar el equipo de recaudación de fondos que los recorridos de los seguidores que habían desarrollado respaldaban las ambiciones estratégicas de aumentar los ingresos y mantener al mismo tiempo la rentabilidad de los seguidores?